Cuarenta preguntas para los Adventistas...

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Cuarenta preguntas para los Adventistas del Séptimo Día acerca del sábado de Israel

"El Contendor por la Fe" (copiado)

¿Por qué basan tanto de su religión en el día del sábado cuando sabemos que el Señor enseñó que la ley y los profetas se basan todos en el amor y no en guardar la ley? Mateo 22.34 al 40 con Romanos 13.8 al 10.

¿Cómo es que encienden lumbre en el séptimo día, ya que en la ley levítica esto estaba prohibido? Éxodo 35.3 Haciendo así, ustedes quebrantan la ley del sábado.

Dígannos cuándo y dónde mandó el Señor Jesús, o alguno de sus apóstoles, u otro escritor de la Biblia, a que guardase algún gentil los diez mandamientos. Bastarán sólo el capítulo y versículo.

¿Pueden darnos una escritura donde se manda a los gentiles observar el sábado según la ley? Otra vez, simplemente el capítulo y versículo.

Dicen que se guardaba el sábado antes de darse la ley a Moisés, y también fue dada la ley de la circuncisión antes de Moisés, Génesis 17.10. Entonces, ¿por qué no practican la circuncisión, siendo éste uno de los mandamientos claros de la ley? De nuevo preguntamos: ¿por qué el uno sí y el otro no?

El apóstol Pablo escribe en Gálatas 3.19 que la ley fue por causa de las rebeliones. Ustedes enseñan que aquella parte de la ley referente al mandamiento de guardar el sábado fue dada al hombre inmediatamente después de su creación, pero las Escrituras dicen que fue después de la caída. ¿No ven que no concuerda con los hechos la teoría adventista de que la ley fue dada en dos entregas?

¿Por qué será que en los mandamientos dados a nuestros primeros padres en el Edén, y en los que fueron dados a los patriarcas —Noé, Abraham y otros— no se hace ni una referencia a un deber de guardar el sábado? ¿Por qué no se menciona la palabra sábado hasta haber pasado más de dos mil años desde la creación del hombre? Si las teorías adventistas fueran ciertas, ¿no se había de hacer referencia muchas veces antes del capítulo 16 del Éxodo al deber de guardar el sábado?

¿Dónde en las Escrituras leemos que se haya dado mandamiento alguno de guardar el séptimo día antes de ser redimido el pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto? Habrá que citar capítulo y versículo en cada caso, sin hacer referencia a Génesis 2.1 al 3, pues allí no hay mandamiento.

Si fue que el mandamiento fue dado a Adán en el día de la creación, ¿cómo es que se equivocó de fecha? Fue creado Adán en el sexto día; el séptimo día al cual se hace referencia en el Génesis fue el segundo de su existencia. Si Adán tuvo que trabajar seis días y luego descansar en el séptimo, ya estaría equivocado cinco días en su cálculo. El sábado suyo no sería el séptimo día porque habría trabajado un solo día. "El sábado de Adán fue un sábado del segundo día."

¿No habrán leído en Nehemías 9.12 al 14, donde dice claramente que el sábado fue dado al pueblo de Israel en el Monte Sinaí? Al ver que el sábado fue dado solamente a Israel, ¿por qué insisten en obligar a otros a guardarlo?

¿Por qué ponen ustedes a los gentiles bajo el sábado, cuando a ellos nunca les fue dado? La ley dice: "Señal es para siempre entre los hijos de Israel," Éxodo 31.16,17. No hace mención de los gentiles. Léanse también Ezequiel 20.10 al 12.

La ley dice: "El día séptimo será santo, sábado de reposo para Jehová; cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá," Éxodo 35.2, 31.14. Si la primera parte de la cita es obligatoria para los cristianos, debe serlo también la segunda parte. ¿Por qué no cumplir la ley en matar a los que trabajan en el día sábado?

¿Por qué comen lo que ha sido preparado sobre un fuego encendido en día sábado? ¿No saben que así infringen la ley sobre la cual basan su salvación eterna? Éxodo 35.1 al 3, 16.23 al 30.

¿Por qué no cumplen con la ley al ofrecer sacrificio cada sábado? Es parte esencial de la ley del sábado según Números 28.9,10, pero ustedes no respetan la ordenanza?

Si los mandamientos o la ley quiere decir los diez mandamientos, y no más, ¿por qué respondió el Señor Jesús acerca de la ley citando dos mandamientos que no se encuentran entre los diez? En Mateo 22.35 al 40 Él citó uno del libro de Levítico y otro de Deuteronomio. ¿Acaso empleaba el engaño? Si está bien el adventismo, entonces sólo una u otra de estas cosas es verdad.

El apóstol Pablo describe la ley como un ministerio de muerte en letra grabada en piedra; 2 Corintios 3.1 al 18, Éxodo 20.1 al 17, 31.18, 32.15,16, 34.1 al 28. Nos dice que había de perecer, 2 Corintios 3.7 al 11. ¿Puede el adventismo decirnos quién la hizo volver?

En Gálatas 3.19 leemos que la ley fue puesta hasta que viniese la simiente, haciendo así claro que la ley no sería perpetua sino que servía por un tiempo definido. La Simiente, Cristo, ha venido y nos ha redimido de la ley, Gálatas 3.13. De manera que, según las Escrituras, ha terminado el período para el cual nos fue dada la ley. Somos libres de ella. Nótense también Romanos 7.1 al 6, ¿Aceptan los dichos de la Palabra de Dios en este sentido?

Si los cristianos están obligados a guardar el sábado, ¿por qué no fue incluido esto en la importantísima carta enviada a las iglesias por el concilio de apóstoles y ancianos que se celebró en Jerusalén para considerar la cuestión de si los gentiles deberían guardar la ley? Hechos 15.1 al 29.

Si es que los cristianos deberían guardar el sábado, ¿cómo se explica que el Señor Jesús no hizo mención del tema, al enumerar los mandamientos al mancebo de Mateo 19.16 al 22? Y, ¿cómo es que el apóstol Pablo, escribiendo bajo la inspiración del Espíritu Santo, no trata en ninguna parte de sus varias epístolas una supuesta gran importancia de guardar el sábado?

Se encuentran en los capítulos 2 y 3 del Apocalipsis siete cartas de la gran Cabeza de las iglesias, dirigidas a siete iglesias locales. Son los últimos mensajes directos a las iglesias sobre la tierra. Si fuese verdad lo que enseña el adventismo, ¿no les hubiera recordado su deber de guardar el sábado?

Ustedes dicen que el domingo entró con Constantino en el siglo IV. ¿Cómo explican entonces que los "padres" de la Iglesia, quienes escribieron durante los primeros tres siglos después de Cristo, hablan del primer día de la semana para las reuniones de los creyentes?

¿Por qué porfían en que uno de los papas cambió el día de descanso del séptimo al primero? Hay plena prueba histórica que los cristianos observaban el primer día durante los siglos antes de haber papa alguno.

Si es que debemos guardar el séptimo día, ¿cómo es posible que los apóstoles y cristianos primitivos celebraban sus reuniones de mayor importancia, como es la cena del Señor, en el primer día en vez del séptimo?

Y ¿cómo saben que de veras guardan el séptimo día? ¿Pueden estar seguros de que no han habido errores en los cálculos desde el día en que descansó Dios? Hay que tener en cuenta los cambios efectuados en el calendario en a.C. 46 cuando se convino en que el año tuviera solamente 345 días, para así corregir los errores que se habían acumulado.

Se debe pensar también en la ley del año 1751 hecha "para corregir el calendario" y que ordenó quitar once días del mes de septiembre. Con estas y otras modificaciones habidas, ¿ustedes están seguros que saben contar los días desde la creación?

¿Han leído Colosenses 2.14 al 17 acerca de la cédula de los ritos (el mandamiento de guardar el sábado es uno de ellos) que ha sido raída, quitada de en medio y clavada en la cruz?

En los versículos 16 y 17 del mismo capítulo vemos que ciertas cosas exigidas bajo la ley de Moisés —entre ellas el guardar el sábado— no son más de una sombra de lo por venir: el cuerpo espiritual de Cristo. Guardar el sábado es empuñar una sombra.

¿Habrán leído en Romanos 14.5,6 que unos hacen diferencia entre día y día pero otros juzgan iguales todos los días? Se agrega: "Cada uno esté asegurado en su ánimo." ¿Por qué no insistir el apóstol en que los que juzgaban iguales todos los días debían estimar el séptimo como superior a los demás días para guardarlo santo?

El tema principal del adventismo es el de guardar la ley y especialmente la ley del sábado. Ahora, encontramos en el Nuevo Testamento que cincuenta veces se hace mención de predicar el Evangelio, diecisiete veces de predicar la Palabra, veintitrés veces de predicar a Cristo y ocho veces de predicar el reino. Ni una vez se habla de predicar la ley o el sábado. ¿Cómo lo explican?

En el Nuevo Testamento se encuentra la palabra sábado unas sesenta veces (Reina-Valera 1909). Ustedes admiten que en todos los casos menos uno se hace referencia al día sábado. Sin embargo, en este solo caso, Colosenses 2.16, donde la palabra es la misma en los textos en griego, quieren hacernos entender que lleva otro sentido. ¿Por qué? ¿No será que los versículos 2.16,17 echan al suelo sus argumentos en cuanto a guardar los cristianos la ley?

¿Saben ustedes que en Gálatas 3.23 al 25 se lee que la ley fue nuestro ayo [mentor] para llevarnos a Cristo, pero que, ya venida la fe, no estamos bajo ayo? Por tanto, ya no estamos bajo la ley.

Hay advertencia en el Nuevo Testamento contra el pecado mencionado en cada uno de los diez mandamientos, menos el cuarto. En cambio, no se hace mención en todo el Nuevo Testamento de un deber de guardar el sábado. Fíjense, por favor, en las citas de las Sagradas Escrituras que presentamos a continuación, citando en cada caso de Éxodo capítulo con su pasaje correspondiente en el Nuevo Testamento— 20.3 No tener dioses ajenos; Hechos 14.15. 20.4,5 No hacer imagen; 1 Juan 5.21. 20.7 No tomar en vano el nombre de Dios; Santiago 5.12. 20.8 Guardar el sábado; ¡No hay! 20.12 Honrar a los padres; Efesios 6.1,2. 20.13 No matar; Romanos 13.9. 20.14 No adulterar; Romanos 13.9, 1 Corintios 6.9. 20.15 No hurtar; Romanos 13.9, Efesios 4.28. 20.16 No mentir; Colosenses 3.9. 20.17 No codiciar; Efesios 5.3. Ahora, si es pecado no guardar el sábado de los judíos, ¿cómo es posible no haber aviso de ello en todo el Nuevo Testamento, y especialmente cuando figuran en el Nuevo Testamento los otros mandamientos de la lista de diez?

El sábado es parte de la ley; por lo tanto, ponerse bajo el sábado es ponerse bajo la ley. Pero Gálatas 3.10 dice que todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición. ¿Cómo puede uno desearse tanto la maldición de Dios?

Dice Gálatas 5.4 que "vacíos son de Cristo" los que vuelven a ponerse bajo la ley después de ser salvos por gracia, y que ellos "han caído de la gracia."

Se nos enseña en Romanos 7.4 que el creyente en Cristo está muerto a la ley, pero la teoría adventista representa a sus creyentes como del todo vivos a la ley. He ahí una grave contradicción con la Palabra de Dios.

Los diez mandamientos "en letra grabada en piedra", ministerio de muerte, según lo expresa 2 Corintios 3.7. Este ministerio de muerte había de perecer, 3.11. Pero, no es cierto que los señores del adventismo, al citar los mandamientos, casi siempre dejan afuera estas palabras de introducción? Este texto demuestra que los mandamientos fueron dados solamente a Israel (por mucho que nos manifiestan a nosotros la santidad de Dios), y dejan entrever que la teoría adventista es errada.

Han notado que los diez mandamientos comienzan con "Yo soy Jehová tu Dios que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre"? De nuevo estamos frente a una manifestación de que se trata de ordenanzas dadas específicamente a Israel.

Hay repetición de los diez mandamientos en Deuteronomio capítulo 5, y allí se encuentran las siguientes palabras: "Te acordarás que fuisteis siervo en Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá … por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo", 5.15. De nuevo vemos claramente que la ordenanza del sábado fue dada a un pueblo que había salido de Egipto. Esto no cuadra con la teoría adventista.

Los adscritos al adventismo enseñan que hay dos leyes: (i)los diez mandamientos, que ellos llaman la ley de Dios, y (ii) la ley ceremonial, que ellos llaman la ley de Moisés. Pueden darnos, por favor, un solo capítulo y versículo (en el Antiguo Testamento o en el Nuevo) donde se hace tal distinción.

Vamos ahora a Nehemías 8.1 al 3, 8.14 y 9.3. Al hablar del único libro que se leía, aquellos pasajes lo llaman (i) la ley de Moisés, (ii) la ley de Dios, (iii) el libro de la ley, y (iv) la ley de Jehová su Dios. Se trocan las palabras indiferentemente al tratarse de un solo libro, una sola ley.

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